Hace unas semanas, César Molinas nos proponía una teoría de la clase política española en el diario El País en el que nos hablaba de la necesidad de que nuestra nación adoptase un sistema mayoritario. Y estoy totalmente de acuerdo.
A mi parecer España se encuentra ahora mismo totalmente perdida. Nuestro Gobierno ya no sabe qué más hacer y como dijo recientemente el líder de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba, al "Presidente se le está yendo el país de las manos". Esto último declaraba tras los recientes acontecimientos que tuvieron lugar en la manifestación del pasado 25 de septiembre en la que miles de personas rodearon el Congreso para pedir la dimisión del Gobierno. Un claro ejemplo de que la sociedad española no confía en los políticos, en ninguno, y de que la situación es insostenible. Puede que la crisis haya empezado en el año 2008, pero parece que el pueblo español se está despertando después de todos estos años con el problema del paro en aumento, la subida de impuestos, la congelación de las pensiones, la bajada de salarios de algunos funcionarios y la reforma laboral.
Molinas nos habla de que la clase política forma una élite extractiva en la que su máximo interés es individual y no colectivo; la captura de rentas, es decir, un sistema que no crea riqueza sino que se apodera de la acumulada. Hoy en día a nadie le parece que esto sea utópico, es más, todos los días salen en las noticias casos nuevos de políticos corruptos (o hasta de personajes de la familia real) que se apoderan de dinero público acusados de malversación. La imagen que nos dan nuestros políticos no es precisamente de confianza, pero parece que eso a ellos no les importa mucho. Digo esto último porque dicen que de los errores se aprende, pero no es la primera vez que estos casos ocurren, y sin embargo, a pesar de conocer las consecuencias que tendrá sus actos siguen haciendo lo mismo; pero claro, aunque luego sean imputados ellos seguirán teniendo dinero. Y que no les preocupe me parece un tanto incoherente ya que la política, al igual que la economía, es una ciencia que se sustenta principalmente mediante la confianza.
De ahí la propuesta del cambio del sistema electoral por uno mayoritario. El actual sistema se ha creado desde la perspectiva de los políticos de la Transición donde su objetivo era consolidar el sistema de partidos políticos por lo que adoptaron listas electorales cerradas y bloqueadas. De manera que los cargos electos sean responsables ante la cúpula de su partido y no de sus votantes. No sé si la solución para la crisis política es pasar a un sistema electoral mayoritario como propone Molinas o adoptar un sistema directo como tienen en Suiza pero lo que sí sé es que tal y como está ahora no estamos viviendo en una verdadera democracia. Tal y como indica la etimología del nombre, democracia es el "poder del pueblo", pero nuestro poder se basa esencialmente en votar cada cuatro años a un partido (sin entrar ya en los problemas de los mayoritarios y minoritarios) y ese partido ya se encarga de escoger a un representante. Luego, la persona electa forma un Gobierno y durante cuatro años aprueba y deroga leyes a destajo sin importarle lo que opine el pueblo, de ahí la reflexión de los referéndum y el ejemplo de Suiza donde los ciudadanos votan para mostrar su opinión sobre lo que hacen sus gobernantes. Otra ventaja que ofrece el sistema suizo es el de la "iniciativa popular", donde a partir de un determinado número de firmas se discute en el Parlamento el tema que el pueblo decida.
Luego está también el tema de la división del poder. Actualmente parece que todo es como propuso en su momento Montesquieu; el poder legislativo (desarrollado en el Parlamento), el ejecutivo (del que se encarga el Gobierno) y el judicial. Pero si rebuscamos en el fondo los tres poderes derivan de uno solamente, ya que el Gobierno se encarga de "enchufar" a personas de su lado ideológico y hasta a dejar de lado aspectos que no son propios de la política. Sin entrar en todos los directivos de bancos, cajas y demás que están en su cargo debido a que son familiares de este y amigos del otro.
El otro tema que saca a relucir César es nuestra crisis económica interna debido a la burbuja inmobiliaria y el saqueo y quiebra de la gran mayoría de las Cajas de Ahorro. Dejando esta última a un lado, la burbuja inmobiliaria, alimentada mediante bajos tipos de interés y con la reforma del gobierno de Aznar de la Ley del Suelo en el año 1998, fue verdaderamente el origen de la gran crisis. Lo que nos dice el autor es que son los políticos los responsables de todos los males de España pero, ¡sorpresa!, ninguno de ellos dará la cara por lo que han hecho (aún a sabiendas de las consecuencias que tenían sus actos). Para los fanáticos de Salvados, el pasado domingo Jordi Évole ofrecía un programa dedicado precisamente a este tema en el que se pudo ver claramente como había voces que predecían lo que realmente terminó pasando. Aún en el gobierno de Zapatero, lo que ya era evidente se siguió negando ya que en palabras del ex ministro de Industria, Miguel Ángel Sebastián, "nadie iba a apagar la música en plena fiesta". Pero la burbuja explotó, y por más que ahora intenten soplar no hay forma de arreglarlo. Y me preocupa que no seamos más críticos con los políticos en casos como éste. Le pondré un ejemplo; usted cuando hace algo mal en la empresa para la que trabaja es responsable de ello ante el jefe y a posteriori, y si es muy grave, le despide. Aquí no, en nuestro país los políticos han hecho lo que les ha dado la real gana y a la hora de buscar culpables no hay ningún nombre señalado con negrita. Además, ninguno a dimitido (exceptuando los acusados por corrupción y solo porque no les quedaba otra salida). El único que dimitió en su momento, y además de la Presidencia de España, fue el declarado "padre de la Transición", Adolfo Suárez. En su retirada declaró que su marcha beneficiaba más a los españoles que su permanencia en la presidencia. Puede que él también cometiese fallos, pero creo que nos hacen falta políticos de su talla. Fragmento de su dimisión (Fuente: RTVE)
¿Y ahora qué nos queda? Como he dicho al principio, España está sumida en la más pura incertidumbre y la sensación de los ciudadanos españoles es que la clase política en vez de arreglar las cosas las están empeorando. Como dijo Suárez en su dimisión, "hay momentos en la vida de todo hombre en los que se asume un especial sentido de la responsabilidad", asique a ver si les llega a algunos el ejemplo.